Entre cantos, danzas y alabanzas al son de instrumentos, más de 150 hermanos provenientes del Bajo Apure peregrinaron hacia el santuario de la Inmaculada Niña del estado Guárico, para pedirle una gracia a la Virgen, y sostener un encuentro vocacional, el pasado 24 de Octubre.
Esta advocación de Nuestra madre “Inmaculada Niña”, se remonta al año 1840, cuando la madre de Dios le reveló a Sor Magdalena de San José (de la comunidad de Monjas Concepcionistas en México), el día de la solemnidad de la Epifanía del Señor, que difundiera entre sus hijos el poder venerarla desde su infancia, con una gran promesa “Concederé todas las gracias que me pidan las personas que me honren en mi infancia, pues es una devoción muy olvidada”.
Es por ello que, movimos por el amor a la Virgen, los peregrinos una vez llegados a la población se encaminaron en un pequeño recorrido al son de guitarras, panderetas, tambores y trompetas evangelizaban por las calles hasta llegar al Santuario de la Inmaculada Niña, patrona de la Cuasi Parroquia La Negra, donde animados por su catequista, realizaron una petición especial a nuestra Madre en la advocación de su inmaculada infancia.
Posteriormente se concentraron en La Cancha Deportiva de La Escuela Primaria La Negra, donde inició la celebración con la procesión de la imagen de la Virgen niña. Estuvo presidida por el Presbítero Pedro Arteaga, administrador la Cuasi Parroquia guariqueña «Inmaculada Niña» quien conmovido manifestó “Felicito a todos los hermanos presentes en este encuentro vocacional porque están arriesgando la vida, venciendo el miedo al Covid-19 y a cualquier enfermedad o tribulación que pudieran tener, todo por amor al que dio la vida en una cruz por tus pecados y los míos”.
“Haced lo que él os diga” fue el lema del encuentro, que durante la predicación, María Eugenia Acucero, catequista responsable de la zona, anunció a los hermanos exhortándoles a interiorizar estas palabras de la Virgen María en las bodas de Caná, que tras haberse acabado el vino dijo a los sirvientes “Haced lo que él os diga” y el Señor realizó el milagro de convertir el agua en vino, el vino nuevo que “nos da un nuevo gusto y sabor a nuestra vida”, “(…)debemos hacer lo que Cristo nos diga para seguir viendo los milagros de Dios (…)” resaltó María Eugenia.
Durante la predicación se hizo mención a la gran obra que ha estado haciendo el señor al elegir de entre los hermanos de apure obreros para su mies, tal es el caso de las diez vocaciones, enviadas a los distintos seminarios y conventos en el mundo: siete en España, una en Curazao, una en Brasil, y una en Venezuela.
Al atardecer finalizó el encuentro, con la celebración de la Santa Eucaristía, en la cual cada hermano se unió al Señor a través de su cuerpo y su sangre, así como también guardando su Palabra, elevando una oración especial por Emilder Acosta, catequista que junto a su esposa María Eugenia Acucero, inició el Camino Neocatecumenal en el estado Apure, y quien precisamente ese día cumplía 4 meses de haber partido al encuentro con el Señor.
Entre las experiencias de este encuentro, se encuentra la de un matrimonio joven, Cilio Betancourt y Liseth Páez, quienes llevan once años de matrimonio y seis en el Camino “(…) experimentar que Dios existe nuevamente. Esta palabra ha sellado en mi corazón la elección y el llamado que se me hizo en la catequesis de inicio, en aquel momento no comprendí nada estaba sordo, pero hoy he escuchado la voz de mi Señor y le he respondido ¡aquí estoy para hacer tu voluntad!” expresó el esposo.
Por su parte, Darin Burgos un joven perteneciente a la 4.ª comunidad de la parroquia Nuestra Señora de Coromoto, destacó “he podido ver al Señor en mi vida durante estos cinco años de camino, un Dios que me ama tal como soy y me invita a estar alegre en medio de todo el caos de este mundo, anunciar a mis amigos que Jesucristo está vivo y Resucitado”.
Con el mismo ánimo, Ángel María Cabrera de 17 años, joven que pertenece a la 1.ª comunidad de la parroquia Inmaculada Concepción, compartió su entusiasmo y dijo “es una gracia el estar en una comunidad que me ha preservado de las drogas, la prostitución y todos los placeres que el demonio en el mundo me ofrece a mí y a todos los jóvenes. Estoy feliz de participar en este encuentro y escuchar el llamado del Señor”.
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